domingo, 29 de enero de 2012

Mujer y poesía














Aquí, de pronto te miro:
Virgen, Aurora, la Misma.
Tu angélica voz me ordena
que te cante, que te siga.
¿O soy yo mismo quien dícese
estar de ti sin compañía?

Eres un presentimiento;
preludio de nueva vida.
Casi tan real como una idea:
voz de mujer que musita
al alma un destino cierto.

Yo sé que vendrás un día,
cual frágil naturaleza.
Que entre mis manos, dormida,
producto de mis desvelos,
te me darás prevencida.
Mágico fruto de fe.

Hoy trabajo tu conquista,
esclavo en tu sombra-luz
(cual de Jacob su porfía
con el ángel que venció),
germen de ti: la poesía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario